viernes, 21 de mayo de 2010

CERCANA A LOS OJOS...





Cercana a los ojos y a los cabellos libres
sobre la frente, tú pequeña luz,
distraída enrojeces mis papeles.
Adolescente ardías hacia la noche
con tu débil claridad, y era extraño
oir el viento y los aislados grillos.
Olvidados, entonces, en los cuartos
dormían los parientes, y mi hermano
descansaba tras un muro sutil.
Ahora donde él esté tú, roja luz,
no dices, aunque ilumines; y suspira
por los campos inanimados el grillo;
y mi madre se peina ante el espejo,
costumbre antigua como tu luz,
pensando en aquel su hijo sin vida.



PIER PAOLO PASOLINI





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