La amante
negra de Mao Tse Tung
“Al
principio yo dudaba porque era negra”
Jack Kerouac
La amante de
Mao Tse Tung era negra.
Había
llegado de lejos / tan lejos como el deseo de Mao.
Dos veces al
año bajaba del silencio hasta Pekín.
Era negra /
tan negra como esos agujeros secretos. Era negra y el pelo rojo
tan de
acuerdo al régimen precoz y a los blasones que adornaban
el cuarto de
Mao Tse Tung.
Ella untaba
su cuerpo con óleos mágicos enviados desde la India. Olores
extremos /
sabrosos / carnales. En ese instante
el brillo
iluminaba los cielos y las estrellas / desterraba los males
y encendía
las furias más intensamente guardadas en la inmensidad del apetito.
Cuando el
viento aullaba entre las columnas / Lin Biao convocaba a la amante
a penetrar
en los bosques amables de una habitación casi en las sombras
sombras
humeantes de intrigas y aromas. Ella / cual hechicera / hurgaba sigilosa
los
silencios envueltos en una bandera roja.
Mao la
esperaba al borde de una gran cama dorada
/ entonces
comenzaba su tarea. Suave y delicadamente decía en el oído de Mao:
Zedong /
Zedong. Y le
otorgaba al líder la bondad y la delicia.
Fraseaba en
su cuerpo los acordes sublimes de una melodía
llegada
desde un horizonte en llamas. Ella entendía los buenos secretos
del amor y
sus laberintos / del himen esparcido en la angustia
de una
guerra sin final / del dolor de ser el oculto placer de la revolución.
La amante
negra de Mao viajaba por las geografías y pensamientos de un Mao
destronado /
perpetrado / condenado.
Ella
repetía: Zedong / Zedong. El callaba y gemía. Abría sus ojos al espacio
y destinaba
babas al destino. Mientras ese cántaro de ébano y carne encendido
alzaba ecos
de lenguas sobre lenguas
y los
espíritus del placer
se esparcían
por las ventanas de una ciudad
que siempre
estaba dormida en sus propios prismas.
Y otra vez /
la mujer sobre las muecas del líder / y otra vez: Zedong / Zedong
y la lluvia
llevándose los rituales de un dragón arrojado en los roperos
de una revolución
que sigue agitándose más allá de la ventisca.
Zedong /
Zedong y el penúltimo sabor de una amante negra
preparando
la secuencia del beso inesperado entre los arcos de la muerte.
La amante de
Mao Tse Tung era negra y una tarde de tan poco sol
partió tan
lejos / tan lejos como parten el adiós o la soledad /
los suicidas
de rojo / los pájaros de plumas de fuego y algunas revoluciones.
MARCELO MARCOLIN.
(1957-2011)
(1957-2011)
* * * * *