domingo, 14 de febrero de 2010

TANTEOS NOMADES





LO UNICO QUE SE FUE CUANDO PARTI

Se quema
el tiempo silencioso
inerte
en el sucedido de la noche negra,
los desnudos vitorean los desnudos
y dentro el alma se colma viscosa
contra la "Cacique" de plumón argentino.

-Recibas ya enarbolado
el rígido tenor del saxo filoso
en moribundas notas breves
raso la penumbra de zoológico silencio-

Opacos
tres aros pegadizos
frenan reflejos
con la trampa alcohólica de ginebra
y luego solo
de agua blanca que late la sien con
el pasaje desdibujado del tiempo.

En mimo de la oscuridad generalizada
las pequeñas cosas se ven únicas:
los cuerpos encontrados
succionan para sí
el sufre sudor salado
sobre grávidos pechos fáciles.

-María se tendió con otro-
las piernas le son idénticas
con amagadas várices violeta
de trágica piel holandesa.
(La superioridad de extensas nebulosas cambá
agrega temor de diablo a la danza de mucosa).

Hay un claro de pañuelo, sobria alfombra voladora
del viento blanco
que la Luna mete por la ventana.

¡Ay!
María
se reparte la vergüenza
por el cuero fino de tus piernas
y quien
baila amor con ella
soy
la manera de agitarla
de hacerla saranda bajo la tormenta de Luna.
(La carne que ahora tiene morada
es lo único que se fue cuando partí).


GUILLERMO THOMAS

de su libro TANTEOS NOMADES, Rosario, 1974 .



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