sábado, 28 de septiembre de 2013

Vuei a è Domènia, doman a si mòur





Oggi è Domenica,
domani si muore,
oggi mi vesto
di seta e d'amore.

Oggi è Domenica,
pei prati con freschi piedi
saltano i fanciulli
leggeri negli scarpetti.

Cantando al mio specchio,
cantando mi pettino.
Ride nel mio occhio
il Diavolo peccatore.

Suonate, mie campane,
cacciatelo indietro!
"Suoniamo, ma tu cosa guardi
cantando nei tuoi prati?"

Guardo il sole
di morte estati,
guardo la pioggia,
le foglie, i grilli.

Guardo il mio corpo
di quando ero fanciullo,
le tristi Domeniche,
il vivere perduto.

"Oggi ti vestono
la seta e l'amore,
oggi è Domenica,
domani si muore".



PIER PAOLO PASOLINI

* * *




martes, 9 de julio de 2013

MARISA CONTE



Mi hermano ha dicho que no quiere
ir a la guerra. Pintaba
un río lento y silencioso
y una niña que comienza a entender.
Repetía que no quiere ir
a la guerra. Y yo pensaba en la ira
de un río colmado y en una niña
crecida muy de prisa.



Mio fratello ha detto che non vuole
andare in guerra. Dipengeva
un fiume lento e silenzioso
e una bambina che comincia a capire.
Ripeteva che non vuole andare
in guerra. E io pensavo all'ira
di un fiume in piena e a una bambina,
cresciuta troppo in fretta.



Traducción de Antonio Aliberti

sábado, 6 de julio de 2013

LA MADRE




No me digas
que estás llena de arrugas, que estás llena de sueño,
que se te han caído los dientes,
que ya no puedes con tus pobres remos hinchados,
deformados por el veneno del reuma.

No importa, madre, no importa.
Tú eres siempre joven,
eres una niña,
tienes once años.
Oh, sí, tú eres para mí eso: una candorosa niña.

Y verás que es verdad si te sumerges en esas lentas aguas,
en esas aguas poderosas,
que te han traído a esta ribera desolada.
Sumérgete, nada a contracorriente, cierra los ojos,
y cuando llegues, espera allí a tu hijo.
Porque yo también voy a sumergirme en mi niñez antigua,
pero las aguas que tengo que remontar hasta casi la fuente,
son mucho más poderosas, son aguas turbias, como teñidas
de sangre.
Óyelas, desde tu sueño, cómo rugen,
como quieren llevarse al pobre nadador.
¡Pobre del nadador que somorguja y bucea en ese mar
salobre de la memoria!

... Ya ves: ya hemos llegado.
¿No es una maravilla que los dos hayamos arribado a
esta prodigiosa ribera de nuestra infancia?
Sí, así es como a veces fondean un mismo día en el
puerto de Singapoor dos naves,
y la una viene de Nueva Zelanda, la otra de Brest.
Así hemos llegado los dos, ahora, juntos.
Y ésta es la única realidad, la única maravillosa realidad:
que tú eres una niña y que yo soy un niño.

¿Lo ves, madre?
No se te olvide nunca que todo lo demás es mentira,
que esto solo es verdad, la única verdad.
Verdad, tu trenza muy apretada, como la de esas niñas
acabaditas de peinar ahora,
tu trenza, en la que se marcan tan bien los brillantes
lóbulos del trenzado,
tu trenza, en cuyo extremo pende, inverosímil, un pequeño
lacito rojo;
verdad, tus medias azules, anilladas de blanco, y las puntillas
de los pantalones que te asoman por debajo de la falda;
verdad, tu carita alegre, un poco enrojecida, y la tristeza
de tus ojos.
(Ah, ¿por qué está siempre la tristeza en el fondo de
la alegría?)
¿Y adonde vas ahora? ¿Vas camino del colegio?

Ah, niña mía, madre,
yo, niño también, un poco mayor, iré a tu lado,
te serviré de guía,
te defenderé galantemente de todas las brutalidades de
mis compañeros,
te buscaré flores,
me subiré a las tapias para cogerte las moras más negras,
las más llenas de jugo,
te buscaré grillos reales, de esos cuyo cricrí es como un
choque de campanitas de plata.
¡Qué felices los dos, a orillas del río, ahora que va a
ser el verano!

A nuestro paso van saltando las ranas verdes,
van saltando, van saltando al agua las ranas verdes:
es como un hilo continuo de ranas verdes,
que fuera repulgando la orilla, hilvanando la orilla con
el río.
¡Oh qué felices los dos juntos, solos en esta mañana!
Ves: todavía hay rocío de la noche; llevamos los zapatos
llenos de deslumbrantes gotitas.

¿O es que prefieres que yo sea tu hermanito menor?
Sí, lo prefieres.
Seré tu hermanito menor, niña mía, hermana mía, madre
mía.
¡Es tan fácil!
Nos pararemos un momento en medio del camino,
para que tú me subas los pantalones,
y para que me suenes las narices, que me hace mucha falta
(porque estoy llorando; sí, porque ahora estoy llorando).

No. No debo llorar, porque estamos en un bosque.
Tú ya conoces las delicias del bosque (las conoces por
los cuentos,
porque tú nunca has debido estar en un bosque,
o por lo menos no has estado nunca en esta deliciosa
soledad, con tu hermanito).
Mira, esa llama rubia que velocísimamente repiquetea
las ramas de los pinos,
esa llama que como un rayo se deja caer al suelo, y
que ahora de un bote salta a mi hombro,
no es fuego, no es llama, es una ardilla.
¡No toques, no toques ese joyel, no toques esos diamantes!
¡Qué luces de fuego dan, del verde más puro, del tristísimo
y virginal amarillo, del blanco creador, del más hiriente
blanco!
¡No, no lo toques!: es una tela de araña, cuajada de
gotas de rocío.
Y esa sensación que ahora tienes de una ausencia invisible,
como una bella tristeza, ese acompasado y ligerísimo
rumor de pies lejanos, ese vacío, ese presentimiento
súbito del bosque,
es la fuga de los corzos. ¿No has visto nunca corzas
en huida?
¡Las maravillas del bosque! Ah, son innumerables; nunca
te las podría enseñar todas, tendríamos para toda una
vida...

... para toda una vida. He mirado, de pronto, y he visto
tu bello rostro lleno de arrugas,
el torpor de tus queridas manos deformadas,
y tus cansados ojos llenos de lágrimas que tiemblan.
Madre mía, no llores: víveme siempre en sueño.
Vive, víveme siempre ausente de tus años, del sucio mundo
hostil, de mi egoísmo de hombre, de mis palabras
duras.
Duerme ligeramente en ese bosque prodigioso de tu
inocencia,
en ese bosque que crearon al par tu inocencia y mi llanto.
Oye, oye allí siempre cómo te silba las tonadas nuevas
tu hijo, tu hermanito, para arrullarte el sueño.

No tengas miedo, madre. Mira, un día ese tu sueño cándido
se te hará de repente más profundo y más nítido.
Siempre en el bosque de la primer mañana, siempre en
el bosque nuestro.
Pero ahora ya serán las ardillas, lindas, veloces llamas,
llamitas de verdad;
y las telas de araña, celestes pedrerías;
y la huida de corzas, la fuga secular de las estrellas a la
busca de Dios.
Y yo te seguiré arrullando el sueño oscuro, te seguiré
cantando.
Tú oirás la oculta música, la música que rige el universo.
Y allá en tu sueño, madre, tú creerás que es tu hijo quien
la envía. Tal vez sea verdad: que un corazón es lo que
mueve el mundo.
Madre, no temas. Dulcemente arrullada, dormirás en el
bosque el más profundo sueño.
Espérame en tu sueño. Espera allí a tu hijo, madre mía.




                                                                                
                                                                            Dámaso Alonso




* * *

viernes, 21 de junio de 2013

CARLOS GARDEL


Extranjero del silencio
en el mundo arrasado, vertiente de la extrema melancolía
y del coraje y de la velocidad del amor y del miedo.

Dueño de la ciudad: de su memoria blanda
y de la madrugada hambrienta y sin sentimientos
y de la suprema soltura de los vagos.

Cómplice de los encuentros,
de la grappa que nos hizo hablar,
loco de la noche, despreocupado amigo del alba, señor de los tristes.




Francisco Urondo.


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lunes, 17 de junio de 2013

CANSANCIO



Cansancio. Cómo suena este nombre
vertical y de vela consumida.
De siesta ardiente y en un pueblo oscuro
viendo subir la noche calle arriba.
Ahora sí se elevan desde el polvo
los baldíos poemas prometidos.
Se pasean mujeres que son humo
tragando el aire de la plaza fría.
Y acá sobre la curva del planeta,
al borde del tejado,
sobre las sombras de las mismas piedras,
como una lluvia mansa que desgasta,
se extiende y cae el alba prometida.
Cansancio. Cómo decir tu nombre,
escribirlo en el muro con un clavo,
grabarlo sobre el hueso del sonido
o el barrote de cal,
a sangre viva.
Esperar a que cabe el cielo raso
y a que el sexo marchito
frío se suicide.
Cansancio. Siento crecer en mí,
sobre mi tumba, el pasto seco
y el final olvido.



Saúl Pérez Gadea
Poeta uruguayo, (1929-1969)


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lunes, 10 de junio de 2013

JAULAS


Los discursos se acabaron
la música también

En la ventana, cerca del campanario
-Según una vieja costumbre-
Abrieron la jaulas de repente
Y con un enloquecido batir de alas
las palomas irrumpieron hacia afuera

Alguien preguntó:
¿Por qué encerraron la palomas en el cielo?
Bajé la cabeza y me fui...



VASSILIS VITSAXIS
Traducción del griego de Nina Anghelidis.



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domingo, 9 de junio de 2013

EN EL FONDO DE TUS DIAS SOLO QUEDA EL AMOR



En el fondo de tus días sólo queda el amor.
Cuando rompan las piedras, cuando estallen los vidrios,
cuando aparten las lentas y piadosas cortinas,
no se verán tus huesos que nunca fueron nada,
no leerán tu nombre que borraron los vientos,
no encontrarán tu rostro en las arenas,
pero el amor estará allí donde estuviste,
ellos podrán asirlo del fondo de sus días
levantarlo, ponerlo en pie, llevarlo en andas
por un tiempo mejor, de belleza sin hambre,
por un tiempo de magia, sin justicia ni pena,
como un día ha de ser el tiempo para todos.



RAUL GUSTAVO AGUIRRE



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sábado, 8 de junio de 2013

PASQUALE DE ORSI


LUCCIOLA

Siamo come le piccole lucciole
che ignari fosforeggian ne la notte:
anche noi emaniamo un pó di lucce
prima di sparire.






LUCIÉRNAGA

Somos como las pequeñas luciérnagas
que ignaras fosforecen en la noche;
tambièn nosotros emanamos un poco de luz
antes de desaparecer.





Traducción de Antonio Aliberti.




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lunes, 27 de mayo de 2013

EDGAR BAYLEY



ES INFINITA ESTA RIQUEZA ABANDONADA



Esta mano no es la mano ni la piel de tu alegría
al fondo de las calles encuentras siempre otro cielo
tras el cielo hay siempre otra hierba playas distintas
nunca terminará es infinita esta riqueza abandonada
nunca supongas que la espuma del alba se ha extinguido
después del rostro hay otro rostro
tras la marcha de tu amante hay otra marcha
tras el canto un nuevo roce se prolonga
y las madrugadas esconden abecedarios inauditos islas
remotas
siempre será así
algunas veces tu sueño cree haberlo dicho todo
pero otro sueño se levanta y no es el mismo
entonces tú vuelves a las manos al corazón de todos
de cualquiera
no eres el mismo no son los mismos
otros saben la palabra tú la ignoras
otros saben olvidar los hechos innecesarios
y levantan su pulgar han olvidado
tú has de volver no importa tu fracaso
nunca terminará es infinita esta riqueza abandonada
y cada gesto cada forma de amor o de reproche
entre las últimas risas el dolor y los comienzos
encontrará el agrio viento y las estrellas vencidas
una máscara de abedul presagia la visión
has querido ver
en el fondo del día lo has conseguido algunas veces
el río llega a los dioses
sube murmullos lejanos a la claridad del sol
amenazas
resplandor en frío

no esperas nada
sino la ruta del sol y de la pena
nunca terminará es infinita esta riqueza abandonada.



                                                                Edgar Bayley


* * *

viernes, 10 de mayo de 2013

GIOVANNA BEMPORAD

 

 

 

Veramente io dovrò...?

Veramente io dovrò dunque morire
come un insetto effimero del maggio
e sentirò nell’aria calda e piena
gelare a poco a poco la mia guancia?
Più vera morte è separarsi in pianto
da amate compagnie, per non tornare,
e accomiatarsi a forza dalla celia
giovanile e dal riso, mentre indora
con tenerezza il paesaggio aprile.
O per me non sarebbe male, quando
fosse il mio cuore interamente morto,
smarrirmi in questa dolce alba lunare
come s’infrange un’onda nella calma.


 

 

***







¿Pues en verdad yo deberé morirme,
como un insecto efímero de mayo
y sentir en el aire, pleno y cálido,
helarse lentamente mis mejillas?
Muerte más verdadera es separarse en llanto
de amadas compañías, para no regresar,
retirarse, por la fuerza, de la burla
juvenil y de la risa, mientras abril
con ternura el paisaje va dorando.
Ah, para mí no estaría mal, cuando
mi corazón esté completamente muerto,
perderme en esta dulce alba lunar
como se resquebraja una ola en la calma. 






Traducción de Diego Bentivegna.




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viernes, 26 de abril de 2013

IMITACION DE LA VIDA



EL MAL POETA ENAMORADO


El mal poeta enamorado
escogió trabajosamente las palabras
para construir su mal soneto.

Mal midió sus malos versos;
mal espigó del idioma sus malas rimas;
pobremente distribuyó sus ayes y suspiros
en pésimos tercetos y cuartetas.

¡Qué arduo trabajo absorbió
las malas noches
del mal poeta enamorado, amiga mía!

Ya ves:
quien bien te quiere,
mal te canta.


                            

                                    LUIS ROGELIO NOGUERAS



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lunes, 22 de abril de 2013

ESCUCHEN






UN PÁJARO



   Un pájaro triste
está sentado al otro lado
       de mi mano.


    Llama cantando
    y susurra su vida
           tan amarga,
           tan pasajera.


El es un pájaro
y está amargado.
Qué puede hacer?


Su vida es la vida de los pájaros
volar
y ver
a los hombres trabajar.


Volar
y ver tristeza.


                                          SERGIO KERN


* * *

lunes, 15 de abril de 2013

GIOVANNI RABONI




LAS VECES


De los reproches que me haces (algunos
no los discuto)
hay uno cuando llega que hace
mal como el frío sobre los dedos -cuando
comentas suavemente "qué mal hicimos el amor" o peor "Esta vez
el amor lo hiciste tú solo: como un muchachito". Muerde
desde el fondo, seca la saliva como si expulsara
todas las veces buenas. Y decir que me importa
más tu gozo que el mío; por momentos quisiera
ser sólo una mujer para tocarte mejor, con más dulzura...


                                                               



  De Cadenza d'inganno
  Traducción de Horacio Armani




             *  *  *


lunes, 14 de enero de 2013

EL REGRESO




Voy a entrar.

Sobre la puerta casi cruz,
dejaré mis fotografías.

Buen día, padre.
Buen día, madre.

He venido de blanco,
para alegrarlos.



                           Juan L Salvi